En tiempos de crisis, y este es uno de ellos, es imprescindible reforzar las defensas morales, pues éstas son las más vulnerables en un ambiente de miedo generalizado. El miedo nos hace desconfiados y violentos Es vano tratar de hallar la solución en el terreno político y las organización mediante reajustes o reformas. Estas jamás resolverán los complejas dificultades de la existencia humana, especialmente en la de este tiempo que ha traído nuevos paradigmas en lo científico, en lo comunicacional, en las normas, en la conducta de los humanos y en la necesidad de un dinamismo existencial, y creativo por sobre una cristalización de formas de vida. Hoy la vida es cambiante a cada minuto y el hombre vive muy rápido en busca de un encuentro cósmico.La teosofía enseña que hay instante planetario de Iniciación y el hombre, en su egoísmo y fanatismo, perdió tiempo que hoy trata de recuperar ante la necesidad de la nueva Iniciación planetaria.
Por ello digo que todas las reformas, por extensas y aparentemente duraderas que sean, intrinsicamente no pueden traer sino más confusión y más necesidad de reformas. Sin comprender el ser del hombre en su integridad, el mero reformar producirá tan sólo la exigencia de ulteriores reformas. Por el camino sin fin de las reformas no se llega a ninguna solución fundamental.
Tampoco resuelven nada las revoluciones políticas, económicas o sociales, pues, por lo general han desembocado en tiranías terribles o en el mero traspaso del poder a nuevas camarillas. Con esas revoluciones no salimos nunca de nuestro estado de confusión y conflicto.
Cambiar el enfoque mental
Pienso que hay una Revolución totalmente distinta que debe realizarse si queremos salir de la interminable serie de angustias, conflictos y frustraciones en las que estamos sumidos.
Esa Revolución debe comenzar con una transformación radical de la mente del hombre Tal revolución sólo puede producirse mediante la debida educación y el cabal desenvolvimiento del ser humano. Es una Revolución que debe tener lugar en la Mente y no sólo el pensamiento. Después de todo, el pensamiento es un resultado del ejercicio de la mental que produce los pensamiento.
Hoy se habla mucho de cambios y reformas de las estructuras,.En realidad lo que hay que cambiar es la mente del hombre
Y esta tarea empieza por remover de la mente viejas modalidades del pensamiento,desembarazando a la mente de los esquemas del pasado. El cambio vital al que aspiro solo se puede dar por medio de la educación, del educir las potencias subyacentes en la mente de cada uno de nosotros.
Inquirir y aprender la función de la mente. Por aprender no quiero decir el simple cultivo de la memoria o la acumulación de conocimientos intelectuales, sino la capacidad de pensar clara y certeramente. De partir de los hechos y no de las creencias. No hay aprendizaje si el pensamiento se origina en conclusiones. La mera adquisición de información o conocimiento discursivo no es aprender, sino acumular.
Aprender implica el amor para comprender y el amor para hacer las cosas por ellas mismas., Solo es posible aprender cuando no hay coerción alguna. Y la coerción tiene distintas formas: hay coerción en la búsqueda de influencias , en el apego, o en la amenaza
Es necesario bregar por el desarrollo de una buena mente. Saber encarar los problemas de la vida como un todo, y no exclusivamente» si sólo me estuviera pasando a mi», cuando en realidad soy el resultado del conjunto al cual incorporo mis propias angustias.
Se debe cultivar la totalidad de la mente y no limitarla a recibir información o encasillarla en el único objetivo de adquirir conocimientos con «salida laboral»
Recuerde: el pleno desarrollo mental de todo individuo crea una sociedad de iguales. La presente es la antítesis.
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