En el Bhagacad Gita, considerado la Biblia Oriental, hay un pasaje en que Krishna, el Maestro , le indica a Arjuna, el Discipulo, » no te entrometas en el karma del otro porque éste está lleno de peligro».

En palabras simples, no te metas en la vida de los demás, se respetuoso de su privacidad, de su intimidad, porque estas son  Sagradas y que cada uno debe respetar y hacer respetar.

Respetar la privacidad o la intimidad es un valor trascendente porque es reconocer la identidad inviolable del otro; lo contrario, entrometerse o querer saber la íntimidad del otro es un acto de entromisión,en el cual subyace una dósis importante de odio, de reduccionismo de la personalidad, es tratar de dirigir los actos del otro porque soberbiamente se cree que el otro no es capaz. Respetar la individualidad es un acto de amor; violarla es un acto de odio.

Recuerdo, que cuando era niño, mi amada madre me decía » nene no te metas en discusiones o en intrigas de las liyeras de barrio». Con el tiempo entendí que lo que mi madre me quería decir, no te sumes a las intrigas  por medio de las  cuales se busca saber algo del otro en una reunión de » pendenciera del barrio».

Los Maestros decían que la privacidad es una cosa sagrada, pero hoy, desde todos los estamentos sociales se busca saber  la intimidad, la privacidad del otro, como si fuera un estado dirigido por Stalin que obligaba a que los hijos delataran la intimidad o privacidad de los padres para mejor poseerlos o castigarlos..

Estamos en una sociedad mundial en donde, con las armas más sofisticadas tratan de observar y saber de nosotros. Se discuten los limites de la íntimidad con el pretesto de que detras de uno de nosotros hay un terrorista tira bombas o que está tras un plan de derrocamiento o toma del poder. Pareciera que la íntimidad es una posibilidad de saber del otro para dominarlo. No es nuevo ,ya Napoleon Bonaparte, por medio  de Fouche, su jefe de policia , decía » Todo hombre tiene su precio, el arte consiste en saber cuánto vale»

Lo concreto es que se discute los limites de la intimidad, como si ésta tuviera que estar expuesta a la opinión pública.

Y aqui debo aclarar: no me estoy refieriendo a los funcionarios públicos , pues éstos, por el mismo hecho de maner la cosa pública, deben exhibir sus vidas privadas como si estuvieran en una vitrina.

A lo que me quiero referir es a la intromisión en la vida privada por parte de los más variados organismos, instituciones o empresas  desde los cuales se intenta por cualquier medio, saber qué hace, qué siente, que piensa el ciudadano. Hay un avance público sobre lo privado. Si usted tiene una tarjeta SUBE, por ejemplo, está registrado el lugar  de donde salió y hacia dónde fue; si tiene un celular, a quién llamó, y qué dijo, si tiene una computadora, o un correo, a quien escribió o que hizo o qué lee.

Diría a modo de síntesis:hasta desde el cielo nos observan, en este caso el cielo es lo que se llama » la nube»

Hemos  entrado en la era de la tirania de la información. Todo el mundo quiere saber qué hace el vecino y la vida individual ( sagrada) es objeto de las más curiosas investigaciones. El ciudadano se siente permanentemente observado y vigilado. Hay como una psicósis de la información. Tal vez , saber para poseer, conocer la íntimidad  para orquestar campañas por medio de las cuales se intenta crear necesidades artificiales o eleborar propuestas que son el resultado de complicadas encuestas para lo cual se toma en cuenta la opinión de un grupo de poersonas, a partir de la cual se elaboran porcentajes como si el individuo fuera una mas amorfa. Se hacen  encuestas para los mas variados temas  Y según los resultados seudo científicos de ellas ,se manipula a la opinión pública. O sea , un encuestador hace su función estrategia de venta entre 1000 personas, unas entrevistadas, otras consultadas telefónicamente , y como conclusión dicen » esto es lo que hay que vender y este es el libreto.».

¡¡Qué falta de respeto al criterio del ciudadano!!!

Pero estas ansias de información no se limita a la tierra, sino que se proyecta hasta el cielo. No hace mucho, una senadora norteamericana protestó ante el Congreso por la invasión en la vida privada de los ciudadano por parte de algunos organismos oficiales que utilizan satélites espías que desde el cielo no sólo fotografían la vida cotidiana, sino que escuchan las conversaciones hogareñas.

A usted, tal vez le asombre estio, pero es tal la desesperación por saber qué hacen las personas en su intimidad que se utilizan los mas variados procedimientos, desde un simple llamado telefónico hasta sofisticados satélites, todo con el objeto de manipular la opinión pública a partir de saber qué piensa, qué siente y cómo obra el ciudadano

Por ello, como  cierre a esta nota digo: nunca pierda el espíritu critico; no se deje manipular; tenga un criterio sobre las cosas y por sobre todas las cosas defienda su intimidad y su privacidad.

Entre los derechos humanos figura el derecho a la privacidad. Éste¿se está cumpliendo en la Argentina y en el Mundo???.O habrá llegado en el tiempo de inventar un código individual y secreto para comunicarnos???, como lo haciamos cuando eramos niños!! Se acuerda????O como lo hacen los actuales adolescentes con su sublenguajes??