LA PALABRA COMO SONIDO TRANSFORMADOR

LA PALABRA COMO SONIDO TRANSFORMADOR

La palabra es un sonido que no sólo permite la comunicación entre los hombres, sino que se proyecta hasta las más sutiles regiones del espacio.

Es un símbolo de un pensamiento que estructura una forma de sentir. Es energía que crea imágenes; es vehículo del Alma y un poder del Espíritu. Dios dijo  Hágase el mundo y el mundo se hizo.

Fue la Palabra , el  Logos, el Verbo, la primera manifestación, a partir de la cual ,en sucesivas y septenarias etapas ,nació el Universo. Todas las cosas que forman el Cosmos no son nada más que la cristalización de la palabra divina.

Durante las edades de Oro de la Humanidad – y fueron muchas – el hombre tenía una cabal comprensión del valor de la palabra. Desde el humilde campesino, para quién su palabra era Ley ,hasta los probacionistas de la escuela de Pitágoras , que cumplían  con un voto de silencio durante cinco años; para todos ellos hablar era sagrado. No lo podían hacer hasta haber vivenciado el poder del sonido.

La máxima pitagórica «no remuevas el fuego con espada», es el noveno símbolo de los Protrépticos que » exhortaban a la prudencia y enseñaban cuán conveniente es no avivar con duras palabras al encolerizado»( al enojado)

Porque – como dice Heráclito – es difícil luchar contra la cólera, pero » todo debe hacerse para redimir el alma» , aunque hay algunos que para satisfacer su cólera han trasmutado la condición de su alma y preferido la muerte a la vida. En cambio, quien refrena la lengua y permanece tranquilo, trueca en amistad la contienda, extingue el fuego de la cólera y da pruebas de buen juicio.

Por ello el recto uso de la palabra alcanza una alta significación moral  y en el Optuple Sendero del Budhismo se dice que es la primera Verdad del sistema filosófico y psicológico .

Sidharta Gautama, el Budha, había llegado a la conclusión , luego de profundas reflexiones, que la causa del dolor radica en el deseo: deseo de placer, deseo de poder, y deseo de vida, que anida en todos los seres humanos.

Propone como método para trascender la esclavitud del deseo, que es dolor, el Sagrado Optuple Sendero: Recta palabra; recta manera de comprender; recta manera de resoluciones; recta manera de obrar; recta  manera de ganarse la  vida; recto esfuerzo; rectos pensamientos y saludable paz del espíritu.

Dice el Maestro Oriental, que » se salva aquel cuya voluntad se subordina al Deber, aquel que tiene clara y direccionada la voluntad en el cumplimiento de su deber.

Y cuál es uno de sus deberes: hablar rectamente , no solamente como una regla de buena urbanidad, sino como un ejercicio de voluntad sobre el campo emocional del hombre donde se generan las intrigas, las palabras groseras, las expresiones teñidas del negro color del odio, las palabras hirientes, las que ofenden al alma, las que rebaja al hombre a una condición de bruto.

En ese campo emocional-mental, es donde se originan las palabras que despiertan falsas expectativas en otro hombre, palabras de promesas que no se cumplen; las palabras orgullosas, vanidosas y sobervias. Y agregaría más aun: las palabras correctas que tienen una intención incorrectas. En este caso, aquél que se acostumbra a esa práctica está enfermo mentalmente.

Pues la mente, en este caso, se altera fácilmente, y es difícil de controlar, como en el caso del mentiroso.

Cuando la mente enloquece por la mentira, como dice el Sutra( discurso) Nirvana,  es como un elefante violento; un pensamiento sigue a otro con la velocidad del relámpago; cuando la mente pierde su compostura, gime como un ágil mono y así se convierte en origen de todos los males.

Cuando cualquiera de nosotros trata con un ser  que esta en ese estado, debe crear en torno de él un clima de armonía. Hablar del bien que hay en los demás y nunca destacar sus faltas.Hablar de pureza para la salvación del avariento, hablar de misericordia para salvar al iracundo o al mentiroso.

Y por sobre todas las cosas tener paciencia ( paz con ciencia, con inteligencia) que es la vía que lleva a la satisfacción,conforma la soledad, es honrada por los sabios, aglutina amistades, gana una buena reputación, conduce a la libertad, al poder, a la dignidad, ilumina al mundo, proporciona destreza, domina a la melancolia y a la enemistad, aumenta la belleza, suaviza las relaciones raciales, acarrea excelentes recompensas, trabaja para la bondad, la longevidad y el honor.

La paciencia, como dice el Daishu Kyo, » no lastima a nadie y es el Budha Dharma o sea la Ley Universal. La Ley que mantiene en armonía a los hombres y a las astros».

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