La palabra regeneración tiene, en nuestro caso, una doble acepción: volver a generar o perfeccionar la generación para lograr que el hombre se libere del mundo ilusorio y puede tener la experiencia de reintegrarse a la unidad esencial de ser.
Sería que el hombre genere nuevas ideas humanísticas. En el caso del Iniciado, dar sentido a la acción humanística.
La regeneración no es una expresión de deseo, sino un mandato del Dharma, la Ley Universal, dentro del Plan Cósmico de la Fraternidad.