CRISIS FAMILIAR EN NUESTRO TIEMPO

CRISIS FAMILIAR EN NUESTRO TIEMPO

No enfocaré este tema en base a explicaciones psicológicas y sociológicas, sobre las cuales se ha escrito, hablado y debatido en todos los foros posibles. Creo que la crisis, no sólo en la familia, sino en la sociedad en su conjunto ,parte de una de una falta de comprensión de un valor :el Supremo Bien, polarizado en dos extremos: el bien y el mal.

El Supremo Bien, es un estado de espiritualidad, que demuestra que el ser humano, puede sobreponerse al concepto dual entre bien y mal y ajustar su conducta a algo Supremo que denominaría religiosidad. Para mi la religiosidad no es una adhesión a una creencia religiosa, sino es un contacto esencial con la espiritualidad que subyace en todos los seres y en todos los reinos. Es un anhelo de la perfección, como lo hace un mineral primordial para convertirse en una piedra preciosa, en una planta que es capaz de producir los mas gratos perfumes ,en los animales que aprender la individualidad a través de la observación y la práctica.

En el hombre, que anhela lograr el Supremo Bien,  la Unidad como Religiosidad cósmica. Ser Uno con el Universo y superar el sectarismo que impide lograr un perfección de conciencia en el  Ser.

A nadie  escapa que los términos de bien y mal son relativos. No se puede decir que hay un mal, sino que hay un menor bien, como no se puede decir que hay una oscuridad, sino que hay una menor gradación de luz. Igualmente ocurre con la vida, igualmente ocurre con la muerte. Son términos relativo

Hay una gran vida que se refleja en los organismos biológicos , psíquicos o mentales, pero como generalmente el individuo  tiene identificada su conciencia con los organismos biológicos , cuando aquella pasa por el plano psíquico se dirá que el individuo ha nacido o ha muerto.

Por tal razón, dice Platón, que la muerte en la tierra es nacimiento en el cielo y que la muerte en el cielo viene a ser como un nacimiento en la tierra. De ahí que la vida y la muerte sean dos términos engañadores; dos aspectos de la única y solitaria vida que siempre se mantiene.

La perdurabilidad de la vida interior ,es algo que en cierta gente se da por instinto natural, sin necesidad de razonar, pero la mala educación, el contacto  muy frecuente con el  mundo exterior, es lo que quita la pura y santa intuición de su contacto con la vida celeste.

La prueba de lo que digo está en que los pueblos más primitivos, que carecen de instrumentos, educación, como en las culturas modernas, pueden tener un  conocimiento religioso. Ningún pueblo , por más atrasado que esté carece de la intuición segura de que es perdurable más allá de la muerte.

Agregaría ,  que las únicas que se creen mortales son las culturas  tecnológicamente desarrolladas, que han llegado a un estado critico de dudas y que están tan embotadas por los placeres materiales que pierden ese instinto de vida perdurable.

La  Crisis de la familia de Nuestro tiempo es el resultado de haber perdido el sentido de lo perdurable, de lo trascendente, de la unidad social.

La conciencia de inmortalidad sería como un instinto poderoso que nos viene del fondo de nosotros mismos. Solamente cuando un exceso de lujos, de placeres, de comodidades, de complicaciones nos obnubilan,  perdemos la capacidad de sentir de manera intensa y sin  instintos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *