SIMPATIA Y ANTIPATIA ENTRE LAS PLANTAS

SIMPATIA Y ANTIPATIA ENTRE LAS PLANTAS

Dice la enseñanza teosófica que el Sol es el cuerpo  más magnético del sistema ; así lo entendieron los filosofos de la antigüedad ,y estudiaron las emanaciones solares llegando a la conclusión de que ellas tenían el poder de atraer. En prueba de ello , el monje Kircher, llegó a determinar que algunas plantas denotan mayor atracción hacia el Sol y otras hacia la Luna.Entre las primeras tenemos la llamada githymal, que sigue fielmente al Sol aun cuando esté nublado. La acacia abre los pétalos al salir el Sol y los cierra cuando el Astro Rey se pone . Lo mismo hacen, la mimosa, el loto egipcio y el girasol de Europa.

La hierbamora ofrece análoga particularidad respecto de la Luna.

Como ejemplo de la simpatía y antipatía entre las plantas , cita Kircher la aversión de la vid por las berzas y su amor al olivo; la simpatía del renúnculo por el lirio y de la ruda por la higuera. En prueba de la antipatía  cita los renuevos del granado mejicano cuyos trozos, al cortarlos, se repelen como movidos de implacable hostilidad.

Opina Kircher, por otra parte, que los sentimientos y emociones son mudanzas de la condición magnética del individuo, es decir, que la ira, los celos, la amistad , el amor y el odio provienen de la alteración del ambiente que constituye nuestro campo de emación magnética. El amor es uno de los sentimientos que ofrecen tan diversos aspectos como el amor maternal y el del artista por su arte. Tanto el amor como la amistad son manifestaciones de simpatía entre naturalezas congeniantes.

Para Kircher el magnetismo de amor puro es la causa eficiente de todas las cosas creadas. El amor sexual es de naturaleza eléctrica y lo llama amor «febris species», la fiebre de la especie.

Kircher distingue dos clases de atración magnética: la simpatía y la fascinación: una santa y natural ,otra siniestra y artificiosa. A esta última atribuye el poder del sapo que sólo con abrir la boca atrae a la víctima que se precipita en sus fauces.

El hombre inmune a las tentaciones del mundo y de la carne, puede curar magnéticamente enfermedades tenidas por incurables y adquiere clarividencia profetica.

 

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