Voy a contarles una historia , que se ajusta perfectamente a aquellos que se pasan la vida predicando pero que no hacen, ni viven lo que dicen. Hoy hay muchos intelectuales que se titulan filósofos, pero , que de mis lecturas de Platón , Plotino, Amonnio Sacas y tantos sabios mensajeros de la humanidad, solo los puedo definir, y perdón por la aparente soberbia de mi parte, como meros profesores de filosofía. Y agregaría, simples criticones de la realidad, sin que sumen una metafísica que oriente la conducta de la actual etapa de la humanidad hacia un ideal de la perfección, tema fundamental de aquellos filósofos enumerados en el párrafo de arriba. Éstos, si eran filósofos, pero sin títulos, sino por vivencia individual e ideal matefisico, de trascender lo meramente físico, para descubrir, mediante la mayéutica de Sócrates,las potencias interiores de cada individuo.
Voy entonces a contarle la historia:
La lección que Trudinio de Metinis(tal el nombre del personaje central de esta historia) recibió de su Maestro, debería ser asimilada por aquellos que acostumbran a hablar del desprendimiento cuando ellos mismo no son capaces de solidarizarse con la desgracia de los semejantes. Son aquellos que dicen:» has lo que yo digo, pero no lo que yo hago».
Se cuenta , dice el relato,que Trunidio era muy amigo de dar grandes discursos filosóficos sobre la pureza y el valor del ascetismo, lo cual hacia reír a su Maestro , un sabio que en su juventud había estudiado con Antístenes en la antigua Grecia.
El motivo que movía a risa al Maestro, es que el mentado Trudinio poseía gran cantidad de riquezas y bienes entre los que se contaba una numerosa hacienda ,de la que Trudinio se sentía muy orgulloso de la misma manera que lo estaba del resto de sus bienes, de los cuales no se desprendía por nada del mundo. No obstante que se pasaba el día hablando del valor del desprendimiento.
Habiendo azotado una terrible peste a la ciudad, que había sumido al pueblo en la desesperación y el hambre, Lipio , el Maestreo de Trudinio, fue a la casa de campo de éste y tomó los animales afin de ofrecerlos al pueblo enfermo por falta de alimento.
Al enterarse Trudinio lo que había hecho su Maestro, echóse a llorar desconsoladamente, clamando porque la justicia divina se encargarse de castigar a su instructor.
Frente a estos lamentos y ruegos,Lipio le respondió a Trudinio.
» Te he visto durante años engañar con la palabra a gente inocente, a quienes incitabas a una vida ascética, siendo que tu hallas más corrupto que ellos . Toda lección cuesta dolor. Aprende,, pues, que FILOSOFAR, NO ES SER FILOSOFO».
HE REPARTIDO TUS BIENES ENTRE AQUELLOS QUE RECIBIERON LA MENTIRA DE TU BOCA PARA RECOMPENSARLOS DE TU ESTAFA Y LIBRARTE A TI MISMO DEL CASTIGO DE LOS DIOSES.
Trudinio , entendio la lección y asiló más tarde a los enfermos en su palacio, muriendo luego Él mismo en cumplimiento heroIco de su castigo.
Para reflexionar….. y saber discernir ante tantos discursos que hoy en día se dan sobre la justicia social, la decencia, los derechos de los hombre, y una infinita lista de enunciados sobre las virtudes que cuando corremos el velo, llegamos a comprobar las estafas intelectuales que se esconden en cada enunciado. La VERDAD, es una entelequia dificil de asumir, comprender y vivir. Por ello, se cuenta en la mitología que » cuando la verdad se presentó desnuda ante el pueblo, éste corrió aterrorizado»; por ello la verdad se debió presente ante él, entre velos que cada uno, en su despertar espiritual, debe ir sacando para verla en su verdadera magnitud y no sentirse temeroso sino apresar la esencia. En la próxima, les escribiré sobre el miedo a la libertad.
