Cuando la virtud deja de existir, la ambición entra en los corazones capaces de recibirla y la codicia se apodera de todos los demás
Antes, los bienes de los particulares constituían el tesoro público, pero cuando la virtud se pierde, el tesoro publico se convierte en patrimonio de los particulares. La República es un despojo y su fuerza ya no es más que el poder de algunos ciudadanos y la licencia de todos. MONTESQUIEU