EL INTI RAIMI, LA FIESTA DEL SOL EN EL INCANATO

EL INTI RAIMI, LA FIESTA DEL SOL EN EL INCANATO

Cada 21 de junio, cuando se produce el solsticio de invierno, se cumple una de las tradicionales celebraciones religiosas del Incanato: el Inti Raimi ( el Ra , ario egipcio), dedicado al Sol.

Para participar de esta celebración, venían gentes de todos los lugares del Imperio Inca. Y tras un riguroso ayuno de tres días, en los que ni siquiera se encendía fuego, al caer el primer  rayo del Sol sobre la fortaleza o acrópolis que dominaba, como en todos los pueblos arios, a la ciudad imperial del Cuzco, un guerrero, armado de lanza, descendía a todo correr hasta la plaza mayor, frontera al Templo del Sol.

Allí  le aguardaban otros cuatro guerreros, también con sendas lanzas. El de la quinta lanza, representando al primer rayo del Sol y también al primer Fuego del Pensamiento , tocaba a las cuatro lanzas.

Los respectivos guerreros, a todo correr, se alejaban hacia los cuatro puntos cardinales, para establecer cada uno contacto con otros cuatro lanceros, y éstos con otros cuatro, hasta la más remota lejanía, como el sagrado fuego del Sol y del Pensamiento llegase , afectivamente, hasta los últimos rincones del imperio, purificando y alejando  todo mal porque en efecto, el Pensamiento emancipado y puro , es el“Sol de nuestro Espíritu,   único médico que da luz para alejar las sombras.

Las  lanzas utilizadas en esta ceremonia religiosa, rememoraban las “varitas” utilizadas por Manco Capac y Mama Ocllo Huaco, cuando la clavaron en la tierra para asentar en ese lugar el centro civilizatorio de los países andinos. La lanza simboliza el rayo solar físico que fecunda a la Tierra y también el divino Rayo Espiritual que emanado del Logo Solar, constituye nuestro Supremo Espíritu, o Dios Interior de nuestra Conciencia.

TEOGONIA INCAICA

La casi mayoría de las festividades Incaicas, respondían a una doctrina teogónica, que era el fundamento de   una creencia solar, pues entendía, sus grandes Maestros, que el Sol del Cielo representa al Sol Interno de cada ser humano y de toda la naturaleza, por ello, cada fiesta solar era una práctica meditativa y no una mera representación símbólica. En cada Inti Raimi, como en las festividades a la Pachamama, se debe meditar y reflexionar sobre el puesto que el hombre tiene en el universo como parte de un Todo al que ellos llamaban Pachacamac.

Precisamente dice el Inca Garcilazo de la Vega en sus comentarios reales,que los “ Reyes Incas y sus Amautas o filósofos de vida, rastrearon con lumbre ( con luz) natural al verdadero Dios , al cual llamaron Pachacamac- tal cual los orientales llamaban al Dios Absoluto  Parabrahman, Aquel que está más allá de Brahma.

Pachacamac es un nombre compuesto por  Pacha, universo y Camac, participio del prfesente del verbo cama, animar, significando por tanto  Pachacamac, “ el que anima al universo”,  o sea el que hace con el universo lo que el Alma hace con el cuerpo.

  Por eso sólo se reverencia a Pachacamac, al Sol y al Rey, pero mientras que al Sol le nombraban a cada paso, no nombraban a Pachacamac, ni le hacían templos ni sacrificios, sino que le adoraban mentalmente en su corazón , teniéndole por el Dios Desconocido e Invisible.

Así, Incas y Amautas, dispusieron que no se adorasen sino a este Supremo Señor; al Sol por el bien que nos hace, y a su hermana la Luna y a las estrellas.

Los Maestros del Incanato enseñaron que el “ hombre era un compuesto de cuerpo y alma, y que mientras ésta, era espíritu inmortal, el cuerpo estaba formado de tierra, y así le llaman allpacamasca que quiere decir “ tierra animada”. Al hombre, pues , para diferenciarle de los brutos,le llamaron  runa, o sea “ hombre dotado de razón” y a las bestias las denominaron  llama.

Creían en otra vida después de la presente, con penas para los malos y alegría para los buenos. Así, dividían  el universo en tres mundos: el cielo o hanan pacha, equivalente a “ mundo muy alto”!; el mundo de la generación y de la corrupción, o hurin pacha y al mundo inferior ucu pacha , o sea el centro de la Tierra, el infierno, la casa del demonio , llamado  paypahuacin.

Comentando la similitud linguistica entre el quechua y otros idiomas, el doctor Mario Roso de Luna, dice que “ todo un mundo hay en estas palabras quechuas, la lengua real de los Incas.  Si pacha es universo ; pachá en lenguas afines, como el turco, equivale a “ señor”; si  camac  en quechua es “ animar, dar pasión o vida”;  kamas, es el mundo de la pasión en sánscrito y  cameloc o kama loca es también el terrible mundo astral o el de las Bestias Bramadoras de las leyendas caballerescas”.

Tendría muchas palabras más para fundamentar ,que en remotas épocas existió un lenguaje universal : el lenguaje de los símbolos, que con el transcurrir de los tiempo se fueron verbalizando, y sus significados ocultándose en cada representación, que sólo los intuitivos pueden interpretar como mensaje de una pasada e inocente humanidad que estaba más cerca de los Dioses, algunas enseñanzas dicen “ cuando los dioses vivían entre los hombres”.

Estoy convencido que todo aquello no se perdió,  volverá a la superficie social para iluminar la mente de los hombres.

Tanto Tschuddi, Prescot y otros historiadores sostenían que los descendientes de los aztecas habitan todavía en las fragosidades de los Andes con las mismas costumbres de sus antepasados, en edificios adornados con sus esculturas de yeso, de vastos patios y altas torres a que dan acceso escaleras de largos tramos y continúan grabando en tablas de piedra los misteriosos jeroglificos. Conservan todavía sus antiguas tradiciones y su casta sacerdotal, con secreta obediencia al jerarca religioso. Siguen practicando ceremonias mágicas y producen muchos fenómenos de ésta índole con  lealtad hacia el pasado, que, a menos de recibir aliento de una autoridad superior en el orden espiritual, no se comprende cómo mantienen viva su fe.

Sea en ésta o en otras festividades ocultas, los pueblos andinos siguen adorando en espíritus a la Divinidad simbolizada por el Sol.

Por ellos a nuestros hermanos  americanos, les deseo un feliz Inti Raimi, y que los blancos reciban la luz del Sol  para que respeten nuestra existencia, no como hombres, sino como raíces de la americanidad.

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