Un número importante de sabios , que son especialistas en física, tales como los del grupo Princeton y del Instituto de las Investigaciones Fundamentales, estiman “que la materia”, los cuerpos materiales, no son más que epifenómenos de una Realidad espiritual única y que su conjunto en el mundo material no es más que una apariencia producida por el juego complejo de superposiciones extraordinariamente rápidas y múltiples de ondas inmateriales, así como sus innumerables interferencias mutuas
¿ Qué quiere decir todo estos?: que vivimos un espejismo, al que la filosofía oriental llama “ Maya, Ilusión, que es la relación existente entre el espijísmo del Ego (formado por las memorias acumuladas) y la Realidad Una, fundamental de las cosas y de lo seres, puede ser explicada por un ejemplo concreto ( EL CARACOL),explicado en clase: como la relación que existe entre el cuerpo y las envolturas del ser humano. La Realidad Una , fundamental, es el “ cuerpo” y el conjunto de memorias acumuladas el vestido. El problema del humano es que ha tomado el vestido como la única realidad.
Los Maestros consideran que no hay que no hay más que un solo Sujeto en el Universo que puede escribirse con una C mayúscula, ésta es la Realidad Única Fundamental : el Cuerpo Cósmico del cual el ego no es más que la vestidura provisoria.
Podemos examinar desde más cerca la aparición del hombre “ ese gigante de memorias” , tal como lo designa el profesor Raymund Ruyer.
Agrega Robert Linssen “las grandes moléculas orgánicas, portadoras de sus memorias, iban a transmitir sus millones de informaciones acumuladas e integradas a los seres monocelulares”. Las moléculas y los átomos saben mejor que los físicos lo que hacen, porque lo que los físicos no saben todavía acerca de los átomos ¿ quién lo sabría sino los átomos mismos”?
El profesor Ruyer sostiene que “ la biología ,moderna molecular encuentra por doquier el extraño hecho del reconocimiento a nivel celular y molecular a distancia, de una molécula por otra: en el mandato nervioso; en el mandato hormonal, donde la célula reconoce el mensaje hormonal, porque contiene moléculas (A.M.P: cíclicos) las segundas mensajeras de E.W. Sutherland, “ capaces de reconocer a distancia la forma de la molécula hormonal; en el mandato genético: cuando las moléculas del citoplasma son capaces de reconocer la forma-*mensaje de las moléculas de A.R.N. y las de la forma de A.D.N.
Es en virtud de tales procesos como las “ informaciones” o memoria de los seres monocelulares iban a su vez a transmitirse a los seres pluricelulares para llegar por fin al ser humano, ese “gigante de acumulación de memoria” como lo califica el prof Ruyer
Admirablemente Ruyer, dice en Gnosis de Princeton , que si se considera al hombre no en su vida individual, sino en la descendencia ininterrumpida -puesto que ninguna de las células actualmente vivas jamás ha estado muerta- se remonta hasta el comienzo de la vida y de las moléculas auto-reproductoras, es decir, a varios millones de años, el hombre, como ser viviente, ya no es minúsculo en el tiempo, ni aun relativamente a las duraciones geológica y cosmológicas (Cosmogénesis pag 263 en Doctrina Secreta de HPB)
“… es de hecho un gigante temporal, que “ piensa”, que acumula sus pensamientos y, sobre todo, que organiza, informa activamente y conserva las informaciones de su memoria biológica desde millares de años. El hombre es un microbio.. pero es milenario en el tiempo”
Los genes y cromosomas contienen millares de informaciones que presidirán las transformaciones que se efectúan entre el momento de la concepción de un ser humano por sus padres y el instante de su nacimiento. En el momento de la concepción, una sola célula contiene en potencia todo lo que será un ser humano. En el momento del nacimiento existen alrededor de doscientos millones de células. Durante nueve meses, hora tras hora, semana tras semana, se produce un trabajo intenso de asociación y de construcción.
Unas moléculas se asocian a otras moléculas. Células que primero no se diferencian se transforman sin cesar y se dirigen hacia lugares precisos para formar estas obras maestras de arquitectura celular que son un cerebro, un riñón, un hígado en el código genético
Esta constelación de millones de memorias confiere al ser humano la impresión de ser una entidad estable, dotada de una especie de solidez psicológica y de duración uniforme. Así se elabora la conciencia del ego y el sentido de continuidad de dicha conciencia.
Tanto en el Budhismo, como en la Vedanta Advaita y también en las enseñanzas de Krishnamurti, este sentimiento de individualidad fija, ésta continuidad, ésta impresión de deslizamiento uniforme en la duración, experimentada por la conciencia del ego, son a la vez una ilusión y una prisión. Al respecto dice Krishnamurti “ lo que es continuo aprisiona”. La unanimidad de los seres humanos llamados normales está enteramente prisionera del torniquete del tiempo, de la duración continua.
Por ellos la teosofía, enseña que hay que estar constantemente cambiando, renovarse, remover los vridis, batir la mente, estos dos últimos mandatos ,uno de la Vedanta y el otro del Budhismo. Mantenerse siempre renovado.
Uno de los espejismo que hay que eliminar es el de “ tener”, “ tener mas”, por el indispensable hábito de protegerse, de conservarse, de durar, en virtud del instinto de conservación de la especie.
Por ello todos los seres humanos estamos aprisionados en una verdadera capa autoprotectora. No es exagerado comparar ésta con una especie de fortaleza protegida por espesas murallas de acero psíquico formada por el depósito de millares de memorias. Y éstas , lejos de ser inerte e inactivas, son el origen de todas las iniciativas, a veces negativas del ego (egoísmo) deseo de poder, búsqueda de sensaciones, avidez, violencia, instinto de dominación, ambiciones varias. Que a la postre son el origen de todas las angustias, de los temores, de la servidumbre, de las violencias y de las desdichas.
Diría Sri Aurobindo:”El egoísmo fue una ayuda: el egoísmo es ahora la traba”.
“El pensamiento fue una ayuda, el pensamiento ahora es una traba”. Porque el hombre está ingresando en una dimensión holística en donde las partes forman un concierto en el Todo. La partes son importantes en función del todo. El individuo es importante en función de la sociedad